jueves, 3 de junio de 2010

Cruda realidad

En profundo placer divaga, recorre caminos reverdecidos, bajo las sombras de los robles, allí la encuentra a ella, esperando sentada a los pies del árbol, la toma en sus manos y la besa, mira en su interior, puede sentir sus latidos, la luna atestigua pasión y el sol su amor.

Viaja a lugares lejanos, despierta en el sol naciente se acuesta al sol de media noche, la vida es alegoría, sin penas ni pesares.

De pronto el pavor lo acecha, las puertas de la realidad lo amenazan, el amor escurre de sus manos, desesperado la busca en los rincones de su mente, mas ella comienza a tornarse borrosa y opaca, el olvido es el destino.

Te recordaré, promete, bajo una cascada salada que escurre hasta su boca y por fin le hace abrir los ojos, en soledad despertó de su coma.