martes, 24 de enero de 2012

Del Olvido al No Me Acuerdo (Reseña)















Uno de los géneros cinematográficos que actualmente nos ha traído cierto reconocimiento a nivel internacional es el documental, aunque la sociedad mexicana apenas conoce los trabajos que se vienen realizando.

El documental nunca ha sido muy apreciado para los mexicanos, una causa es la razón de que se consume más ficción como fuente de entretenimiento, la otra es una consecuencia de la anterior, los cines son empresas que por supuesto exhiben lo que el público demanda, por lo tanto no es común ver documentales cinematográficos, mucho menos si estamos hablando de realizaciones netamente creadas por mexicanos.

Conocemos los logros que han obtenido las producciones de Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, quienes actualmente están proyectados, sobre todo por los medios de comunicación mexicana, como los representantes del cine mexicano a nivel mundial. Es un prestigio bien ganado, han triunfado en distintos festivales de renombre. Sin embargo creo que es muy atrevido afirmar que son los representantes del cine mexicano, serán más bien mexicanos que hacen muy buen cine, pero difiero al catalogar a Babel como algo digno de orgullo para nuestro cine, quizás en algunas exista un poco de producción nacional, pero no más.

Juan Carlos Rulfo es uno de los talentos que tenemos en el cine nacional, este documentalista mexicano, que ha logrado gran reconocimiento en el mundo, es hijo del escritor Juan Rulfo (cuestión que sólo menciono como dato, ya que realmente su talento no está justificado por la relación paternal).

Son tres sus obras, que se han consolidado dentro del cine documental internacional, por un lado su opera prima Del olvido al no me Acuerdo, En el hoyo y Los Que Se Quedan. En esta ocasión ahondaré en la primera.

Del olvido al no me acuerdo es la búsqueda de Juan Carlos a sus raices, a su padre, en similitud a la novela de éste, Pedro Páramo, donde el personaje principal va al pueblo de su progenitor para buscarlo, sin haber conocerlo.

Llano Grande, Jalisco es el lugar donde el cineasta (al igual que en la novela de su progenitor) busca en los desiertos, los parques, las esquinas, pero sobre todo la memoria de aquellos que han envejecido en el lugar, las huellas de su padre. Apoyado por la memoria de su madre, de grandes literatos mexicanos que tuvieron gran amistad con él.

Juan Carlos se da cuenta de que la memoria no resulta ser tan fiel, su padre apenas pareciera haber existido, más bien se ha convertido en un mito, los personajes nunca llegan a una conclusión clara, se queda allí el escritor, en el limbo, ¿Algún día vivió en allí como ahora intenta sobrevivir en la memoria?

La cinta nos acerca a una generación de principios del siglo XX y nos revela sus características, costumbres, idiosincrasia y cultura, su perspectiva de la época actual, de una forma tan sincera que conmueve, es un cúmulo de recuerdos que a fin de cuentas no llegan a nada (¿no terminaremos siendo acaso más que eso?), sólo a la vejez que los ha sorprendido. Juan Carlos hace tan familiares a sus personajes y nos demuestra que todos tenemos algo importante que decir.

Tomas aéreas, planos generales que nos muestran los paisajes de la región, los acercamientos a los personajes nos dan una sensación de familiaridad, un gran trabajo del fotógrafo Federico Barbabosa digno de ser destacado.

Del Olvido al No Me Acuerdo es el pretexto perfecto para acercarse a aquellos que se encuentran en el olvido, pero que fueron parte de nuestros antecedentes, la historia no oficial, la que construyó nuestro presente.

Mira el trailer:

Mira la cinta completa:

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